¿Por qué dejamos todo para último momento?
Procastinación: diferir, aplazar. Postergación o posposición de actividades o tareas importantes, sustituyéndolas por actividades placenteras, ociosas o irrelevantes.

El poder de las fechas límite
Nuestro mundo contemporáneo está lleno de deadlines: fechas límite para hacer cosas o completar tareas. La tarea de la escuela, el ensayo de la universidad, el trabajo para tu jefe y todo tipo de trámites burocráticos; todo tiene una fecha límite.

Si no entregamos la tarea, perdemos el curso. Si no completamos el trabajo, nos pueden despedir. Si no hacemos los trámites en tiempo y forma, tendremos algún tipo de sanción. Pero ¿por qué exactamente existen las fechas límite? ¿Por qué nos enfrentamos todo el tiempo aultimátums?
Un ultimátum, o deadline, funciona básicamente como amenaza: «Si no entregas tu tesis antes del mes de noviembre, no te recibirás este año» «Si no te inscribes en el registro cívico no podrás votar y serás sancionado con una multa económica». Y miles de ejemplos más. Un ultimátum es una buena táctica para lograr que las cosas se hagan. Si eres un maestro exigirás a tus estudiantes que hagan la tarea antes de las vacaciones, y si eres jefe de varios empleados les exigirás que terminen el trabajo antes de la hora de cierre.

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy
Hay algo que se llama la falacia de la planificación (the planning fallacy) y consiste básicamente en un absurdo optimismo que nos hace creer que más tarde tendremos el tiempo necesario para todo, y ahora solo debemos relajarnos y disfrutar, o dedicarnos a otra cosa.

Si bien cada persona lo puede sentir de forma diferente, lo cierto es que nuestro cerebro está perfectamente dispuesto a trabajar bajo presión. El estrés físico y mental «destapa» capacidades y habilidades que no creíamos tener y nos hace ser más efectivos, aunque ello no necesariamente nos haga sentir más felices o tranquilos.
Una fecha límite es una motivación para completar una tarea, frente a una amenaza futura. Pero lo realmente novedoso es que está comprobado que en los últimos momentos de la cuenta regresiva es cuando somos más creativos y eficientes. Más lúcidos, más proactivos, tenemos más imaginación y más energía para realizar la tarea.

Y allí viene la resignación: dejarás de intentarlo. Y luego viene la consecuencia: tendrás tu sanción por no lograrlo. Y todo esto para concluir lo mismo que siempre dijeron tus padres y maestros: «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy».
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