lunes, 27 de abril de 2015

Que dice la ciencia a cerca del maquillaje


 
Maquillarse no es un acto o manifestación social y cultural actual, ni siquiera contemporáneo. En realidad, los seres humanos hemos empleado el arte del color sobre nuestros cuerpos desde tiempos prehistóricos. Hoy el maquillaje tiene un propósito claro: realzar nuestra belleza ocultando en el camino obstáculos para alcanzarla. Esto es, resultar más atractivos físicamente.
Todos podemos intuir de algún modo que esto tiene sentido o, dicho de otro modo, que el maquillaje cumple bien sus pretendidos propósitos. Pero, ¿qué dice la ciencia? Como era de esperar, la ciencia no hace otra sino confirmar lo que ya intuíamos. En 2008, el North American Journal of Psychologypublicó un estudio un tanto curioso. En el mismo se empleó a dos mujeres sentadas en un bar de Francia, pero con una variante: en unos casos estaban maquilladas y en otros casos estaban con la cara lavada. El propósito era establecer si había diferencias apreciables en el tiempo que tardaba un hombre en abordarlas estableciendo una conversación. ¿Y hubo una diferencia apreciable? Podríamos decir que sí, acortándose el tiempo de espera a que un hombre iniciara con ellas una conversación cuando estaban maquilladas, y alargándose en este caso también la duración total de la conversación. 

 Parece pues que, al menos en las mujeres, el uso del maquillaje las hace más atractivas para el sexo opuesto. Pero, ¿cómo funciona exactamente el maquillaje? Si volvemos de nuevo a la ciencia publicada, podemos hallar pistas para responder a esta pregunta. Un estudio publicado en 2006 en el International Journal of Cosmetics Science estableció que los hombres consideran a una misma mujer de clase social superior cuando está maquillada, así como poseedora de un trabajo mejor remunerado.


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